Capítulo 11
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Según las mismas palabras de la canciller israelí Tzipi Livni, había que tomar partido, o a su favor o en contra. Si no se estaba a favor de Israel, se era ya considerado un terrorista. Venezuela, sin embargo, había tomado partido y había expulsado al embajador israelí de Venezuela, Shlomo Cohén, y a parte de su personal diplomático, mediante un comunicado de prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores del 6 de enero de 2009. El comunicado señalaba que el “el pueblo de Venezuela ma¬nifiesta su solidaridad irrestricta con el heroico pueblo pa¬lestino, comulga en el dolor que embarga a miles de fa¬mi¬lias por la pérdida de seres queridos, y les tiende la mano al afir¬mar que el Gobierno venezolano no descansará hasta ver severamente castigados a los responsables de estos crí¬me¬nes atroces”. Esta postura de Venezuela también había sido mantenida por el embajador de Venezuela ante la ONU, donde se ratificaba que "dada la utilización reiterada del terrorismo de Estado por parte de Israel y ante la renuencia de su Gobierno de acatar la Resolución 1860 del Consejo de Seguridad, Venezuela en concordancia con los principios de paz y solidaridad que guían su política exterior, ha decidido romper relaciones diplomáticas con Israel". Simultáneamente se colocaban en Venezuela indumentarias alusiva al mundo musulmán en señal de solidaridad, teniendo como consecuencia inmediata la división y las posturas encontradas, tanto de judíos, como es lógico, en el caso de la Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela (CAIV) que estimaba que la decisión del Gobierno venezolano había sido “desmedida, porque no tomaba en cuenta para nada la po¬si¬ción de Israel”; mientras que Hamás consideraba que la decisión de Venezuela había sido una “medida valiente” contra las “cobardes agresiones” israelíes. Por su parte, el jefe del Hezbolá chiíta libanés, Hassan Nasralá, también había llamado a los países árabes a seguir el ejemplo de Venezuela. Hezbolá significa "Partido de Dios", también escrito como Hizbullah o Hezbollah, y es una organización islamista libanesa pro-siria y pro-iraní, fundado en Irán en 1979; y creada en el Líbano en 1982 como respuesta a la ocupación israelí. Unos los considera terroristas y otros un grupo legítimo de resistencia. También un Obispo católico venezolano se había pronunciado al respecto y había hecho unas declaraciones a las que habían comentado la Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela (CAIV) en su portal web, firmado por Sami Rozenbaum, lo siguiente: “con estupor hemos leído los comentarios hechos por monseñor Mario Moronta en el diario tachirense La Nación del pasado 21 de enero, donde calificó como "genocidio" y "crimen de lesa humanidad" la reciente acción militar de Israel contra el grupo terrorista Hamas en Gaza, y agregó que "no es destruyendo y haciendo genocidios como se arreglan los problemas". Israel, por su parte, declaraba persona "non grata" a los dos diplomáticos que Venezuela tenía acreditados en el territorio bajo su control, y les había dado dos días de plazo para que salieran de Israel, según Yigal Palmor, portavoz de la cancillería israelí.
La toma de postura de Venezuela había producido un escándalo mayúsculo, por lo menos a nivel interno. No solamente había tomado partido al tomar esa decisión diplomática, sino que había mandado ayuda humanitaria por dos veces a Gaza para los palestinos, en plena actividad bélica. Ese detalle era relevante porque era desafiar abiertamente a los judíos y a la comunidad internacional, porque era en plena actividad bélica. Bolivia también había hecho otro tanto, pero a nivel de diplomacia. Además de manifestaciones de calle en repudio al ataque de Israel a Gaza, como también algunas campañas de donación de sangre en solidaridad con pueblo palestino.
En el caso de Venezuela obligaba a considerar las relaciones venezolano-israelí, que tenía su origen histórico con la creación del Comité Venezolano Pro Palestina, del año 1946, a favor del mundo hebreo en pro de la constitución de la República de Palestina, prometida por la Declaración Balfour del 2 de noviembre de 1917.
En ese sentido, en la historia venezolana, se cuenta que después el canciller venezolano Aureliano Otáñez dio su consentimiento a Israel para que el embajador especial israelí ante el Gobierno de Brasil, general Antonio Shaltiel, fuera acreditado con el mismo carácter ante el Gobierno venezolano. Más tarde, el coronel Marcos Pérez Jiménez, Presidente de la República, recibió al general de brigada David Shantiel, quien en presencia de Aureliano Otánez, canciller de la República, hizo entrega de las credenciales que lo investían con el carácter de enviado extraordinario y ministro plenipotenciario de Israel ante nuestro Gobierno. Es en febrero de 1959 cuando Venezuela envía un representante diplomático a Israel: Rómulo Araujo. Más tarde, el primer embajador de Venezuela en Israel, Vicente Gerbasi, escribió un libro titulado Olivos de eternidad, dedicado a su experiencia israelí y traducido al hebreo por el Instituto Cultural Venezolano-Israelí. Los judíos habían llegado a tener programas de radio, como por ejemplo, Selecciones periodísticas, el programa Hora de Israel, el programa La hora cultural israelí-venezolana, programas que fueron transmitidos por la Radiodifusora Venezolana y Radio Rumbos y patrocinados por el Comité Pro Centro Venezolano-Israelí y la Agencia Judía. También programas en la radio con Amador Bendayán en programas como La Voz de la Philco, más tarde "El Bachiller y Bartolo" (formando pareja con el actor cubano Abel Barrios), "La Bodega de la esquina". Después en televisión, Amador Bendayán, tiene un programa llamado “The Amador News”, en Radio Caracas Televisión, y en el mismo canal, después, "Sábado Espectacular". Después, en Venevisión, Sábado Sensacional. También se establecieron convenios académicos entre el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) y el Instituto Científico Weizmann de Israel; también con la fundación de becas Gran Mariscal de Ayacucho, Fedeagro (Federación Nacional de Asociaciones de Productores Agropecuarios) y la División de Cooperación Técnica Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores israelí. También se tradujeron al hebreo las obras escogidas de Simón Bolívar.
En Venezuela la mayoría de la población judía venezolana vivía en Caracas; también en Maracaibo, en Valencia, Mérida y Puerto La Cruz.
Muchos judíos habían ejercido cargos importantes tanto en la cultura, ya educación, ya música, como en cargos políticos. Por ejemplo, Benjamin Scharifker, rector de la Universidad Simón Bolívar; Sofía Imber, gran periodista; Illan Chester, el mismo Amador Bendayán, Angel Rosemblat con su famosa colección de Buenas y malas palabras; y en política, Capriles Radonsky, entre otros. Este último en las elecciones presidenciales del año 2012, había sido candidato presidencial.
El caso es que en los años de la invasión a la Franja de Gaza, Venezuela expulsaba al embajador judío de Venezuela, por una parte; y por otra, Venezuela-Teherán estrechaban relaciones, saliendo a relucir la idea de denunciar a Israel ante la Corte Penal Internacional por "los crímenes de lesa humanidad cometidos por sus líderes", durante las últimas tres semanas de ofensiva militar sobre Gaza. Podría verse esa acción como antisemitismo, pero se trataba de solidaridad con el sentido de humanidad, de la que Gaza era una prueba evidente de su antagónico.
Pedro Pablo tenía algunos conocidos árabes y respetaba su cultura. También la cultura judía, a la que admiraba, y en cierta manera quería; pero los acontecimientos que estaban sucediéndose llevaban a tomar partido. No se podía cerrar los ojos a las noticias que se estaban viendo. No se trataba de comparar los acontecimientos, sino de hacer prevalecer por sobre todas las cosas el valor de la persona humana, fuera de la etnia que fuera. Tampoco de ser xenófobo, o discriminatorio, o racista, o antisemita, o anti-árabe. Tampoco de pro y contra como polos opuestos, sino de ser firme. Pedro Pablo, se preguntaba sobre el sentido de la ONU y su vigencia. Por esos mismos día se celebraba el Día Internacional del Holocausto que se conmemora el 27 de enero en memoria de las víctimas del nazismo durante la Segunda Guerra Mundial, según lo había establecido la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) el 1 de noviembre de 2005, con motivo del aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau.
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