Capítulo 12
12
Las cosas del mundo iban como iban. Más bien, retrocedían. Pero, también esa es una manera de ir o de andar. Y así estaban las cosas. USA estrenaba presidente y muchas cosas estaban pendientes y en un hilo de espera, para bien, se suponía. Muchos ansiaban castigos internacionales para quienes lo merecían, y eso estaba por verse. La historia cambiaba, o continuaba, en eso consistía el cambio, en la continuidad. A muchos personajes de la historia de los últimos siete años se les podría aplicar juicios de lesa humanidad o crimen contra la humanidad, que no son otra cosa que asesinato, exterminio, deportación o desplazamiento forzoso, encarcelación, tortura, violación, prostitución forzada, esterilización forzada, persecución por motivos políticos, religiosos, ideológicos, raciales, étnicos u otros definidos expresamente, desaparición forzada, secuestro o cualquiera actos inhumanos que causen graves sufrimientos o atenten contra la salud mental o física de quien los sufre, siempre que dichas conductas se cometan como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque. Ahí estaba Guantánamo, en Cuba que reunía todas esas violaciones, por ejemplo. Leso significa agraviado, lastimado, ofendido: de allí que crimen de lesa humanidad aluda a un crimen que ofende, agravia, injuria a la Humanidad en su conjunto. Y la Corte Penal Internacional, con sede en La Haya, es un tribunal de justicia internacional permanente cuya misión es juzgar a las personas que han cometido crímenes de genocidio, de guerra y de lesa humanidad como la esclavitud, el apartheid, el exterminio, los asesinatos, las desapariciones forzadas, las torturas, los secuestros y el delito de agresión, entre otros. Tiene sus inicios, al menos como el primer intento de aplicar justicia y castigo, en 1919, una vez terminada la Primera Guerra Mundial, al intentar juzgar pero sin llegar a nada, al Káiser Guillermo II de Alemania por el crimen de agresión. Pero es en Núremberg, entre 1945-1949, al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando los aliados vencedores, por supuesto, aplicaron justicia a los colaboradores de Hitler, que fueron doce los que apresaron, basados en la Carta de Londres. Se aplicaron siete principios (los famosos principios de Núremberg), que consistían en que: 1) cualquier persona que cometa actos que constituyan un crimen bajo las leyes internacionales será responsable y por consiguiente sujeto a castigo. 2) El hecho de que las leyes internas no impongan castigo por un acto que constituya un crimen bajo las leyes internacionales no exime a la persona que cometió el acto de su responsabilidad bajo las leyes internacionales. 3) El hecho de que una persona que ha cometido un acto que constituye un crimen bajo las leyes internacionales, sea Jefe del Estado, o un oficial responsable del Gobierno, no le exime de la responsabilidad bajo las leyes internacionales. 4) El hecho de que una persona actúe bajo las órdenes de su Gobierno, o de un superior, no le exime de la responsabilidad bajo las leyes internacionales, siempre que se demuestre que tenía posibilidad de actuar de otra forma. 5) Cualquier persona acusada de un crimen bajo las leyes internacionales tiene el derecho de un juicio justo ante la ley. 6) Los crímenes que se enumeran a partir de aquí son castigables como crímenes bajo las leyes internacionales: (a) Guerra de agresión: - La planificación, preparación, iniciación o comienzo de una guerra de agresión, o una guerra que viole los tratados internacionales, acuerdos o promesas; - La participación en un plan común o conspiración para el cumplimiento de cualquiera de los actos mencionados en el primero de estos artículos. (b) Crímenes de Guerra: Las violaciones de las leyes o costumbres de la guerra que incluyen, pero no están limitadas a, asesinato, trato inhumano o deportación como esclavos o para cualquier otro propósito de la población civil de un territorio ocupado, asesinato o trato inhumano a prisioneros de guerra, a personas sobre el mar, asesinato de rehenes, pillaje de la propiedad pública o privada, destrucción injustificada de ciudades, pueblos o villas, o la devastación no justificada por la necesidad militar. (c) Crímenes contra la humanidad: Asesinato, exterminio, esclavitud, deportación y cualquier otro acto inhumano contra la población civil, o persecución por motivos religiosos, raciales o políticos, cuando dichos actos o persecuciones se hacen en conexión con cualquier crimen contra la paz o en cualquier crimen de guerra. 7) La complicidad en la comisión de un crimen contra la paz, un crimen de guerra o un crimen contra la humanidad tal y como fueron expuestos en los Principios 6, es un crimen bajo las leyes internacionales.
Pedro Pablo se rascaba la cabeza.
Pedro Pablo miraba al cielo como pidiendo explicación.
Pedro Pablo suspiraba anhelando que todos esos tratados se cumplieran. No quería pronunciar nombres o situaciones y se le caían las lágrimas al comprender lo que era evidente… Una vez más no se haría más que citar esos documentos y convenios y esperar para seguir esperando en no hacer, sino volver a citar otra vez los documentos y los convenios, y así en una rueda sin fin.
Pedro Pablo volvía al planteamiento inicial y comprobaba con la lectura simple de los libros del Antiguo Testamento, que no era otra cosa que una historia de guerras del propio pueblo de Israel que contaba con un aliado especial. Este aliado era Yahveh. Y el hecho de ese aliado lo confundía más. Se preguntaba, entre otras muchas cosas, ¿ si es o será una manera de manipulación de los judíos ese recurso de ese aliado, y están justificando todo lo que hacen y han hecho, en el transcurso de su historia? ¿Podría admitirse esa mentira? La prueba era que ya se admitía. Nadie dudaba de todos esos hechos y se creía sin la menor duda, ni la más mínima, la historia de un Sansón (Jueces 14 y siguientes), de un Mar Rojo (Éxodo 14) y otras muchas representaciones de una monstruosidad en contra del género humano, en aras de la gran mentira de un pueblo escogido por Yahveh. Sin duda que Israel contaría con otros aliados más fuertes que Yahveh, sin por eso faltarle el respeto a Yahveh con su alianza y poderío, porque ¿en verdad era su aliado, o una mentira, con la que se ha engañado toda la vida al mundo?
Pedro Pablo se rascaba la cabeza. No por eso entendía. Por eso volvía a rascarse la cabeza…
Comentarios
Publicar un comentario